Rojo de bronca

El equipo de Falcioni empató ante el Rojo de Avellaneda y, de esta manera, quedó eliminado de la Copa Sudamericana. Fue 0 a 0, en un partido emocionante no por el juego sino por lo abierto del resultado. Independiente jugó todo el complemento con la expulsión de Tuzzio a cuestas pero Boca no pudo hacerle notar la diferencia. Tibia imagen, la que dejó el equipo Xeneize. Ahora a pensar en el campeonato.

No había clima de partido decisivo a pesar de que el resultado en La Bombonera había sido un 3 a 3 que dejaba abierta la puerta para que pase cualquier cosa. La superioridad de Boca sobre Independiente daba una cierta sensación de seguridad para este partido. Sin embargo, la historia fue diferente.

El encuentro comenzó disputado, peleado. No había un dominador claro. El Rojo quería hacer sentir la localía presionando arriba, empujado por el aliento de su gente. Boca respondía con algún que otro intento de Silva. El primer tiempo no tuvo mayores emociones. La más clara para los de Avellaneda fue un cabezazo de Farías que desafectó sin problemas, Oscar Ustari. Por el lado de Boca, fue Santiago Silva quien tuvo la más clara en una media vuelta que pasó por al lado del palo. Además, le anularon un gol a Guillermo Burdisso por un offside que, efectivamente, existió.

En el complemento, Falcioni, hizo lo que debería haber hecho de entrada: meter a Lautaro Acosta. Con tres de punta, el Xeneize sacó chapa en los primeros diez minutos y parecía que se lo iba a llevar puesto a un Independiente que más que Diablo era un pollito mojado. Al mal momento que pasaba el Rojo en cancha, se le sumó la expulsión de Eduardo Tuzzio por una falta contra Acosta. Sin embargo, el mejor momento de Boca en el partido, fue efímero porque a partir de los quince minutos y hasta el final del encuentro, sorprendentemente, no inquietó más a su rival. Es más, los dirigidos por Borrelli, empezaron a complicar a Boca en su propio campo.

El equipo estaba por demás, desarticulado. Le faltaba un nexo, alguien que hiciera de puente entre los medios y los atacantes, que estaban muy aislados del resto del equipo. En ese sentido, se puede reprochar que el elegido para salir por Acosta fuera Chávez. Al notar esto, Falcioni mandó al campo a Leandro Paredes, en lugar de Pablo Ledesma. Sin embargo, el equipo no mostró reacción, en lo absoluto.

Los últimos minutos fueron más de lo mismo. Boca estuvo impreciso y nervioso por la necesidad de salir a buscar el resultado como sea. Las chances no le faltaron. Somoza y Silva se perdieron dos claritas que se fueron al lado del palo, pero no hubo mucho más que eso. Osmar Ferreryra se destacó en los últimos minutos, teniendo la pelota y complicando a la defensa Xeneize.

Finalmente, el árbitro, Néstor Pitana, de no muy buen arbitraje (le permitió a Tula pegar de más y no se mostró decidido en algunos de sus fallos), marcó el círculo central, indicando el final. La imagen de Boca preocupó por la tibieza con la que jugó los últimos minutos, en los que tenía que ir a buscar el partido. Lo cierto es que, ahora, lo único que resta es pelear por el torneo local. La Copa Sudamericana quedó en manos ajenas.

Foto: Minuto Uno